Ubicado en el centro de Los Picos de Europa, a una altitud de 649 metros sobre el nivel del mar, se halla Bulnes. Este pintoresco pueblo parece detenido en el tiempo. Con una superficie de 56 kilómetros cuadrados, este pueblin es conocido por su entorno natural y su acceso limitado. No es posible llegar en automóvil ni en autobús, lo que lo convierte en un refugio perfecto para los amantes de la naturaleza. El pueblo de Bulnes se divide en dos zonas: Bulnes de Arriba, donde se pueden observar los restos de una antigua torre de vigilancia, y Bulnes de Abajo o La Villa, que reune la mayor parte de los servicios turísticos.
A lo largo de su historia, el pueblo se ha dedicado a la ganadería y producir el famoso queso de Cabrales. Actualmente, es uno de los destinos que atrae a numerosos montañistas y viajeros que buscan tranquilidad y conectar con la naturaleza. Acceder a Bulnes es una experiencia única, ya sea mediante el funicular local o por el tradicional sendero, que hasta 2001 era la única manera de acceder al pueblo. Sin lugar a dudas, Bulnes se convirtió en un viaje difícil de olvidar, en un rincón remoto y lleno de historia asturiana.
¿Has visitado el pueblo de Bulnes? Si ya lo conoces déjanos tu opinión en el apartado de reseñas, será de gran ayuda para nosotros y para los que deseen visitar los pueblos asturianos.
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