Corondeño es una pequeña aldea del concejo de Allande, en Asturias, que se alza a 630 metros de altitud y cuenta con apenas una veintena de habitantes. Sus casas de piedra con tejados de pizarra, algunas con más de un siglo de antigüedad, se distribuyen en un entorno rural donde la agricultura y la ganadería siguen siendo el sustento principal.
A pesar de su tamaño, Corondeño conserva vestigios de un pasado notable: antaño fue sede del ayuntamiento de Pola de Allande, y aún se pueden ver la antigua torre y la cárcel que servían a la comarca. Durante el verano, el pueblo cobra vida con la llegada de visitantes y la celebración de fiestas tradicionales, como la gran parrillada de agosto, que reúne a vecinos y forasteros en un ambiente festivo y acogedor. Corondeño es un lugar donde el tiempo parece detenerse, ofreciendo una experiencia auténtica del corazón rural asturiano.
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